martes, 14 de diciembre de 2010

Lluvia

Escritor en transe, escritor en tránsito perpetuo.
Hay dos estaciones en Bogotá: está la de lluvias y la de muchas lluvias. Ahora está en la de muchas lluvias así que uno puede considerarse feliz si ve el sol en algún momento del día.

La lluvia es llave a otra dimensión. En la escuela 182 Martín Miguel de Güemes (ahí aprendí lo que es la diéresis) había días de lluvia en los que nos juntaban varios grados porque quedaban pocos alumnos y, mientras las señoritas hablaban de cualquier cosa, nosotros dibujábamos con ceritas (crayones) en esas hojas canson porosas que tanto quiero. Y todavía me pasa, esa sensación de novedad y libertad que viene con el olor a lluvia y que en la actualidad no tiene tanto asidero. Igual pienso muchas veces a ésta como la excusa perfecta para cualquier retraso: "Es que... ¡vos viste cómo llovía!"

1 comentario:

  1. Me gustó.
    Me gusta ese momento en que se está por largar.
    Es una sorpresa, un regalo inesperado...
    A veces me lo pierdo cuando estoy muy distraído con cosas importantes.

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