sábado, 30 de agosto de 2008

Encuesta

Esta es una encuesta para conocer el perfil de público de Filigranas. Por favor, marque todas las respuestas que correspondan al modo en que llegó a esta página por primera (y posiblemente última) vez.
La Redacción.


miércoles, 27 de agosto de 2008

Receta para espinado

por Mara Gunt

Tome un muchacho de buen corazón -será necesario contar con la colaboración de un proveedor confiable ya que la calidad hoy en día está disfrazada por la apariencia-, sáquele con cuidado cualquier resto de historia vieja, pero sin escarbar tanto como para no dejar heridas abiertas o avivar fuegos latentes, y déjelo macerando en mensajes de texto durante unas semanas.
Por otro lado, prepare a otro muchacho cualquiera (no hay requerimientos especiales para este segundo) y empápelo de miradas insinuantes y sonrisas cómplices. Esta preparación paralela es bastante fácil de realizar con compañeros de trabajo o cuñados inescrupulosos. Mantenga ambos en ambientes separados.
Una vez que la cabeza del primero esté quemada al noventa porciento, cocine en cama a fuego fuerte durante un par de meses, cuidando de introducir todo tipo de variantes creativas. Mantenga la segunda preparación en ambiente separado y vaya aumentando la intensidad con cuidado. Una buena opción es avanzar y retroceder, lo que los hace mantenerse interesados y ansiosos.
Cuando el primer mejunje empiece a balbucear sonidos amorosos profundos, organice una fiesta con el segundo, pídale a una amiga que saque fotos con el celular y se las mande al primero.
Vuelva al departamento del primero, sonría y cómase el corazón destrozado con espinas y todo. ¡Una delicia!

lunes, 4 de agosto de 2008

Entrevista

Filigranas solicitó a Mara Gunt, mientras prepara su serie personal en esta columna, que entrevistara a Narov Joseski y aprovechara la oportunidad como una suerte de presentación mutua para los lectores. Se transcribe a continuación el diálogo entre ambos.

Mara Gunt: –Señor Joseski ¿por qué no cuenta algo de sus orígenes para nuestros ansiosos lectores?

Narov Joseski: –Primero que nada: buenas tardes. No sé dónde habrá aprendido usted modales, señorita, pero se nota que le falta mucho todavía. Yo soy un señor mayor y merezco respeto. Además, una trayectoria como la mía no puede ser ignorada así porque sí de esta manera.

MG: –Disculpe entonces, señor Joseski. Buenas tardes, ¿cómo está usted hoy?

NJ: –¿Y a usted qué le importa? No sea entrometida y maleducada. Mi vida privada es cosa mía.

MG: –No quisiera molestarlo, señor, pero me mandaron hacer esta entrevista a la que usted también accedió. Si no es inconveniente, me gustaría hacerle algunas preguntas.

NJ: –¡Ah, sí! Claro, claro. Por favor, lance nomás sus cuestiones. Aquí estoy para responderle… bonita.

MG: –¡Disculpe!

NJ: –No se ofenda, señorita. Es que con esas piernas, uno entiende cómo usted ha podido crecer en el mundo editorial, contando con tan poco talento.

MG: –Su comentario es desubicado y sexista. La posición que ocupo la logré a fuerza de empeño, dedicación y talento, poniendo el pecho al periodismo comprometido.

NJ: –¿El pecho? Mire usted. Hubiera dicho que su fuerte eran las posaderas.

MG: –No puedo seguir con esto. Usted es un tunante insoportable.

NJ: –A mí no me corrés con insultos de diccionario, trepadora literaria. Conozco a tu clase. Los he sufrido en carne propia más de una vez. Desplazando calidad con amiguismo y favores.

MG: –Usted me confunde, Joseski, o sus ojos le fallan. No es que yo no aprecie mis propios dotes, pero estoy lejos de ser una jovencita encantadora: la nariz ganchuda, los ojos extraviados, mi brazos cortos y laxos, mi absoluta falta de delantera y encima la joroba. Sí, tengo un trasero enorme, pero el tamaño no dice demasiado. Me llevó años de terapia llegar a aceptarme como soy.

NJ: –Por favor, no trate de engañarme. Debe recibir piropos y propuestas a cada paso. Me extraña que haya venido sola a la casa de un hombre solo… porque usted sabe, soy solo.

MG: –Normalmente mi perfume es mi mejor guardaespaldas. Ya no sé qué hacer para dejar de transpirar así.

NJ: –Una mujer como usted debe provocar envidia a la mejor rosa.

MG: –¡Hombre, las cosas que dice!

NJ: –¿Por qué no se sienta a mi lado así hablamos con más naturalidad, sin ese grabador en el medio?

MG: –Mh… está bien.

La grabación se interrumpe en este punto. Junto al cassette, llegaron a esta redacción los dos textos que se publican a continuación: Receta para Pegote y Aforismo 2.

Receta para Pegote

por Mara Gunt

Consiga dos personas en el punto exacto de su necesidad. (Hay que aprovechar que en esta época se encuentran con bastante facilidad.)

Déjelas macerar un tiempo sus propias desgracias, pero no tanto como para que se agríen. Para saber el punto justo, pínchelas donde más les duele y compruebe que se enojen pero que no lloren. Si hacen lo último, se habrán pasado y la receta no funcionará.

Con esto resuelto, lo demás es simple. Colóquelas en la misma habitación y sume una excusa para que tengan que hablar obligadamente y deje que la preparación se cueza en su jugo. Si escucha gritos y peleas, seguidos de risas y zapateos o hasta susurros y gemidos, la receta ha funcionado a la perfección. ¡Disfrútelo!

(Próxima entrega: El espinado)

Aforismos 2

“A la oportunidad, le pinto la cara color esperanza.”

“Al que nace barrigón, esperalo con comida.”

Narov Joseski