jueves, 6 de diciembre de 2007

Recordar

Así como a veces vivimos cosas solamente para poder recordarlas, para revivirlas una y mil veces en distintos relatos, agregándole y quitándole detalles, hay cosas que no vivimos para no necesitar olvidarlas, ya que sabemos que todo intento por dejar atrás algo, no hace sino traerlo al presente de todas las formas posibles. No hay anhelo más inútil que el olvido.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Ecolocura

Formas de cuidar el medio ambiente y contaminar menos... Se me ocurrieron en un ratito, por lo que creo que debe haber muchas más.
1. Coma menos. Generará menos basura, menos heces y menos calor corporal (que colabora con el calentamiento global).
2. No tenga hijos. Si disminuye la población mundial, habrá menos necesidad de producir y contaminar tanto. Ya que no va a tener hijos, tampoco tenga sexo (ver... "4. Sea sedentario").
3. No críe mascotas vivas, las imaginarias por el momento no se consideran contaminantes.
4. Sea sedentario. El ejercicio hace que ud. consuma más agua potable.
5. Sea analfabeto. No lea libros para los que hace falta "matar" miles y miles de árboles al año. Tampoco diarios, ni revistas, folletos, ni nada. No escriba tampoco, entre la tinta y el papel, estamos fritos.
6. No se bañe. En principio iba a decir que no utilice agua dulce para bañarse, pero la utilización de cualquier tipo de agua es de por sí un lujo en los niveles actuales de falta.
7. Tampoco utilice desodorante, perfume o jabón, sus componentes son altamente nocivos para el medio ambiente.
8. No hable. Su aliento contamina (sí, sí y sí).
9. Ya que va a dejar de hacer tantas cosas, muérase pronto... y ayúdenos a detener la superpoblación mundial.

Siempre que se habla de ecología hay que poner la foto del mundo. ¿Acaso éste no sería un mejor lugar si las personas dejásemos de vivir en él? Como cuando vamos a un lugar turístico y nos damos cuenta de que lo que más nos molesta son los turistas.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Ir yendo

Es así, a todo año nuevito en enero le llega su agonía en diciembre, y a ambos extremos los une el desconcierto. El año se muere casi de un tirón y a mí, como en las películas malas, muchas veces me llega el momento de correr para que todo cierre, de explicar en estos últimos cinco minutos, cómo y por qué de tantos traspiés, rememorar las decisiones y se apoyarlas, aunque más no sea por el orgullo de que son propias y de nadie más, y de soñar una vez más con el maravilloso año próximo que nunca será como lo imagine hoy.
Pero este año, hay una sensación poderosa de nueva perspectiva. Las cosas, los objetos, las personas, la historia, no han cambiado más que en la superficie y sin embargo algo en mí, en la forma en que miro, lo modifica todo. Como encontrar un eje para algunas cosas en las que antes estaba más perdido. Por supuesto, ahora van surgiendo otras dudas en las que perderse, otras incertidumbres para seguir explorando, en fin más vida para seguir viviendo.
La imagen es de la autopista con niebla. Me gusta esta idea de la niebla como incapacidad de ver más allá de unos pocos metros, de estar obligado a ver el presente y a confiar en el futuro. Es una buena analogía con el pensamiento que no puede superar aquello con lo que cuenta en el momento, no para resignarse y quedarse en lo poco, sino para reconciliarse con lo que uno ha hecho en el pasado y encontrar todas las posibilidades del momento.

martes, 20 de noviembre de 2007

Volver a donde he sido


La sensación es de lo más extraña, como desdoblarse en el tiempo y encontrarse a uno mismo caminando pasillos que creía olvidados, haciendo las mismas preguntas y ensayando respuestas que abandonaré y reutilizaré mil veces. Es duro ver que hasta las paredes acusan la historia, que los amigos están grandes, gordos, calvos y preocupados por todas esas cosas que tanto rechazábamos y de las que mucho nos reíamos cuando ocupábamos el lugar de quienes ahora son los otros.
Nosotros, que ahora son los otros, juntábamos las monedas de mil bolsillos para comprar cigarrillos y un vaso de café. Las fotocopias podían esperar y la biblioteca consumirse de aburrimiento. Nosotros, los que ahora miramos extasiados a las todavía adolescentes y creemos que estamos en carrera, caemos después en la cuenta de que nos llaman "señor" y esto es más efectivo que un lago helado.
Lo que pasa es que aunque todavía pueda caminar estos pasillos, desdoblarme y recordar, lo que veo superpuesto al presente es mi historia, que ya no se repetirá, mientras nosotros, cuando éramos los que ahora son los otros, la viven por primera vez.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Saber sentir, sentir saber

Siempre estoy en el dilema. Cuando siento profundamente y las emociones afloran, algo en mí corta el flujo sentimental para poner una "duda razonable", como la voz de la cordura que viene a intentar detener el torrente de lágrimas que cae ya incontenible durante la escena morbosa de la película, cuando el hijo se reencuentra con su padre después de años de ausencia e incertidumbre.
La imagen es siempre la de estar de alguna manera desubicado, escuchando el regaño de mi propia voz que destaca la falta de hombría en mis emociones. Ésta es la imagen primaria, el arquetipo.
Siento - me culpo por sentir - me regaño - controlo.

Ahora, el contrario también comienza a funcionar del mismo modo. Pienso demasiado racionalmente las cosas, sin incluir ningún sentido y todo empieza por sí mismo a caer en la incoherencia, el desgano y una bronca que surge de las entrañas. Como cuando organizo una semana al detalle, con tiempos de trabajo y descanso, cumplimientos posibles y compromisos propios y con terceros, y sin embargo el lunes, ese día que debía comenzar a tachar los ítems de mi lista, no puedo levantar un dedo de la cama y no queda más remedio que dormir una hora de más y empezar a reorganizar las prioridades a la poca (o nula) energía que tengo disponible.

Es que me doy cuenta muchas veces que no sé sentir y, por suerte, la gente que me quiere me enseña constantemente, y otras veces no siento saber el sentido de mis sentimientos.
Me enrosqué.

(La imagen es de un bosque tallado en Villa La Angostura.)