domingo, 31 de octubre de 2010

Domingo


Sólo para no olvidarme.
Me desperté pensando en que lo que antes llamábamos pobres, después fueron marginales y ahora es "población en riesgo". Siento que cada uno hace a una perspectiva distinta de una realidad social.
La primera se centra en la cantidad, la segunda en la ubicación -centro vs. márgenes- y la tercera en la seguridad. La última, que todavía estamos atravesando y por eso es la más difícil de observar, no deja claro si el riesgo es propio de esa gente, de nosotros -el resto- o qué. ¿Cuál es el riesgo? ¿Quién es el riesgo? ¿Para quién es el riesgo?

Tampoco debo olvidar: sueños con agotamiento, dolor de espalda y mucha transpiración.

Foto: Prisión en el fuerte de Lima.

sábado, 30 de octubre de 2010

Grupos, congreso y muerte


La entrada de hoy merece ser más extensa, tal vez como para dar un cierre a la semana que finaliza con este día sábado o para dar alguna forma a cosas que quedaron sin ser nombradas o apenas insinuadas. Otras, como corresponde a un diario en la atención cotidiana, serán dejadas al olvido o a la memoria que volverá a traerlas en otro momento.

Comencé esta especie de diario forzado con la intención explícita de dar mayor velocidad a las publicaciones y volver a poner en movimiento esta rueda de producción, como una máquina que tiene que recuperar cierto registro que ha perdido.

Justamente ayer estuve en un congreso de literaturas latinoamericanas en Rosario y, en un momento de discusión sobre los clásicos rioplatenses con Borges, Arlt y Onetti, como sus principales referentes, y luego de la bastante aburrida explicación de los panelistas, se arribó a otra aún más aburrida discusión sobre las etiquetas. ¿Qué es lo que convierte en rioplatense, argentina o uruguaya a la literatura? Algo que de ser delimitado no servirá de nada. Los límites de estas cosas se mueven porque los escritores se mueven, aún más los libros y, sobre todo, los lectores que se desplazan de un lugar a otro, dando nuevos sentidos desde un perspectiva u otra.

¡Ah, las etiquetas! ¡Cómo si fuera tan fácil clasificar y delimitar tantas cosas! Justamente estoy acá, enfrentándome al ambiente más académico de la literatura para ver claramente si logro más identificación con este grupo que con otros. Digo estoy acá tratando de ver si puedo etiquetarme a mí mismo como escritor, como literato, como algo en esta indefinición que me recorre permanentemente. Bien, no, no lo he logrado y en esta confusión algo nuevo surge, como siempre que uno logra estar conectado de alguna manera.

Como decía en la entrada de ayer, vine aquí buscando a Jitrik por las razones equivocadas, suponiendo de él algo que había derivado de relaciones engañosas y me encontré con que en su mesa estaba César Aira, quien con infinita más altura y simplicidad, volvió a ponerme en contacto con las cosas que más conectan conmigo de leer y escribir, la búsqueda y el juego. Volvió a mí la certeza de que si logro estar conectado con mi propio deseo –mi necesidad profunda de escribir, como llamado de poner palabras detrás de palabras para decir algo a alguien, aunque estos dos últimos aspectos sean tan escurridizos como pueda imaginarse– no hay forma en que lo que encare no vaya nutriendo ese camino, por más que discurra en otros campos profesionales y otras realidades que parezcan –en principio– alejadas de lo artístico.

Con esto pareciera que las decisiones continúan madurando en mí y sé, por experiencia propia, que los momentos de duda y angustia arreciarán nuevamente en el futuro. Pero que vengan nomás los degenerados, los voy a esperar con todo el cuerpo puesto en juego, como corresponde.

La muerte K
Sobre esta semana un tema es obligatorio poner en palabras, aunque sea unas breves, y es la muerte de Néstor Kirchner. Debo confesar que mi primera apreciación, la más automática y tal vez resultante de un defecto profesional de comunicador (quiero pensar eso ahora como justificación para los que van a ver en mí un maldito utilitarista), fue concluir sobre la forma en que este hecho afectaba positivamente la imagen de la presidenta hacia una reelección. Puesto el foco en la cuestión puramente maquiavélica de los resultados en la opinión pública, la viuda del nuevo “mártir” del Frente para la Victoria se volvió automáticamente la candidata ganadora de la reelección a la presidencia. ¿Quién puede enfrentar esa imagen? ¿Quién será el “desalmado” que enfrentará a toda la opinión pública que se solidarizará con ella, con toda la clase media que ya la apreciaba antes de la muerte de su esposo y ahora no podrá sino redoblar su esfuerzo por cuidarla y defenderla?

Recién después caí en cuenta del dolor de la familia, la tremenda verdad de la viudez, la orfandad de los hijos. Y todavía más tarde caí en cuenta de las bajezas de los demás políticos que ya se hacen con las prendas del muerto y se sortean su mortaja, viendo cómo se recomponen los cuadros políticos por debajo de esa línea.

Volviendo a mi primera impresión, y siguiendo en la misma línea profesional, imaginaba un discurso perfecto post entierro del muerto: “Argentinos y argentinas. Mi marido dio la vida por este país, por este proyecto de país para todos, y con lo que queda de mi propia vida, con este corazón deshecho, voy a honrar a Néstor, por lo que construimos juntos y ahora me toca continuar a mí. Les pido ayuda a todos y a todas, como han ayudado hasta hoy, para continuar este proyecto. Y a los que piensan o planean desestabilizar este gobierno (pausa, se seca una lágrima y cierra el puño)… a los que creen que sin Néstor Kirchner esta mujer no va a poder gobernar, esta mujer se va a desarmar, les digo que no se equivoquen. (casi gritando ahora para superar los aplausos y los bombos) No se equivoquen porque en esta mujer, como en los millones de mujeres que sostienen este país, vive Kirchner y él me impulsa como a los millones de argentinas y argentinos que tenemos en él un modelo a seguir. ¡Que si lo extraño! Todos los días, todas las horas y todos los minutos. Pero ese sentimiento, en vez de debilitarme, me da fuerzas para continuar su obra. Y si yo también he de dejar mi vida por estos ideales, que así sea, por el bien de todos los argentinos y argentinas.”

Imaginar esta posición es fácil, lo difícil es ponerse del otro lado, si es que queda otro lado.

Algunos se regodean en el dolor de la muerte, se hacen milanesa en ese barro y, cual tratamiento renovador, salen embadurnados para mirar su propia vida y la muerte que les espera algo más esperanzados. Algunos hacen chistes sobre el fallecido y su esposa, celebran oculta o abiertamente la desaparición de un contrincante o un enemigo. De ambos lados surgen acusaciones de desubicación, de desconsideración o falta de perspectiva. El chiste es siempre desubicado porque lo que busca es poder decir algo que no es posible decir a viva voz. La sanción a esa expresión, la condena, también lo es porque intenta coartar una expresión real de un sentimiento profundo. Aceptar la diferencia de ambas cosas es lo más complicado.

Vuelvo al congreso
Al final no vino Alan Pauls y me perdí la oportunidad de escucharlo disertar sobre unas cartas de Cortázar publicadas recientemente. Una pena. Veré si puedo encontrar la ponencia más adelante en alguna publicación que surja del encuentro.

El salón estaba lleno de estudiantes y escritores, estudiosos y críticos. El ambiente estaba bueno, pero me producía la sensación de desubicación (y vuelve esta palabra como un latiguillo) que siento generalmente ante cualquier tribu. Será que una familia tan numerosa obliga a pensar la identificación y los grupos de manera más consciente. No sé.

viernes, 29 de octubre de 2010

Lluvia y decisiones

Llueve. Las decisiones siguen pendientes aunque los panoramas se aclaran.
Necesito dormir un poco más y soñar bastante. Creo que eso va a ayudar, como también una buena sesión de terapia y mucha charla en casa.

Estoy en una oficina con gente que grita enloquecidamente. Me voy a un encuentro de literatura en Rosario con ganas de conectar con eso. Espero salir pronto porque en un rato empieza la disertación de Noé Jitrik a quien me interesa escuchar especialmente. No sé realmente por qué, será porque el nombre suena lindo. Así como entrecortado y bien sonoro. Además porque es un gran lector de Cortázar.

jueves, 28 de octubre de 2010

Muchas cosas, un quilombo


A diferencia del otro día en el que sentía que no había posibilidades, hoy -tal vez como el rebote de la onda, la vuelta del ciclo- siento que el mundo se expande y las posibilidades se multiplican. Tal vez lo terrible sea tener que tomar decisiones y bancarse la pérdida que implica cualquier elección.

Ayer, reunido con gente querida por oportunidades de desarrollo, en un área que consideraba agotada laboralmente para mí, me doy cuenta de que puedo volver a entusiasmarme, como puedo entusiasmarme con muchas cosas todo el tiempo. Vuelve el tema de la elección que es lo que centra mi atención ahora.

Bien. Vamos bien. Un quilombo pero lindo, como los buenos quilombos de la vida, con mucha gente involucrada. Además hoy es un día brillante y eso ayuda a ver las cosas como más fáciles, a pesar de las claras dificultades y desafíos que encarnan.

Acabo de leer lo que escribí y veo que a cualquiera ajeno al tema le costará mucho entender qué quiero decir. Me explico, así me explico un poco más, aunque explicar es algo que debe evitarse si uno quiere ir de frente, pero ése es tema para otra entrada.

Hay dos posibilidades de trabajo muy buenas que se abren con vistas al año que viene: una en el ambiente público, con las posibilidades de impactar en la vida de la gente y actuar en la realidad de mi ciudad pequeña, y otra en una empresa con posibilidades de crecimiento personal (para mí) más desafiantes y, a la vez, un impacto sobre un grupo diferente de personas. El costo familiar de cualquiera de las decisiones es fuerte. El tiempo de hacer elecciones arrecia y es importante pensar tranquilamente. ¡Bah, suena tan sabihondo, que es difícil de creerme una sola palabra!

A su vez, más allá de todo el mundo racional, fantasmas se agolpan para hacer oír sus gritos, la angustia continúa mostrando que es necesario sentir además de pensar. Estructuras aprendidas y propias pujan por ganar un espacio. Todos los "unos" que forman a "uno" ven en la situación una oportunidad para ganar espacio. Conflicto y lucha, búsqueda y encuentro, salir a encontrar. Quiero navegar este proceso, aunque no sé adónde me lleva.

Mientras escribo estas cosas, vienen a mí las palabras de Levrero en su "Novela luminosa", ese enorme diario de escritor desvivido por la literatura. Veo ahí un mundo que siempre tengo como anhelo. ¿Qué haré?

(Me parece que son más claros mis momentos de angustia. Cuando todo está mal es más fácil también adquirir una perspectiva única de la imposibilidad. Cuando el mundo se abre la incertidumbre atraviesa todo y reina la confusión... Aunque también me gusta eso.)

miércoles, 27 de octubre de 2010

Censo, as-censo


Buenos días ¿cómo les va? ¿bien?
Bue', bien... ya pasó.

Hoy es día de censo así que se me peinan todos para salir lindos en la foto y nada de mentir a los censistas que después los gobernantes toman las medidas apropiadas para un país que no existe.

En medio del caos, cualquier valor numérico, aún el más insignificante, tranquiliza.

Cinco, cinco, me quedo con el cinco que es un número lindo y hoy parece bastante inofensivo.

*** *** ***

Antes de publicar este artículo escuché la noticia de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner. Muchas reflexiones surgen sobre esto: sobre el escenario político a futuro, sobre la inevitabilidad (qué palabra) de la muerte, sobre el poder que no puede controlar, tantas cosas sobre las que se puede pensar y sentir. Pensar y sentir sobre ella, porque ella es justamente la gran ausencia.

martes, 26 de octubre de 2010

Sin ganas

Hoy no tengo ganas de escribir. Tal vez la tarde traiga un poco de alivio al momento de fastidio que vivo hoy. Estoy muy enojado, en primer lugar conmigo mismo, y siento que me condeno a una forma de repetición de la que no puedo salir. Me como el hígado durante el día para que se regenere a la noche.

No sé si me vendría bien encerrarme por un largo tiempo en mí mismo, o salir a hablar con la primera persona que se me cruce. La verdad es que hablo de cansancio y enojo, pero lo que subyace es una angustia negra y penetrante, como un humo denso y frío que espera que me asome para enfrentarlo con la poca luz que pueda generar de algún otro lado.

Basta de lamento. Hasta mañana. La entrada de hoy no hace más que incrementar la molestia. A joderse.

lunes, 25 de octubre de 2010

Tiempo


Hubo una época en que odiaba los lunes. Ahora me encantan. Por supuesto, los días nunca me son indiferentes, los odio o amo con la misma intensidad.

Antes de seguir escribiendo sobre el tema sobre el que quería discurrir hoy, quiero explicar el porqué del horario (arbitrario) de publicación de esta serie. Considero a las 11:45 hs. un horario bisagra en el día. Es claro que no es el único, pero me interesa éste en particular porque indica el próximo fin de la mañana y la necesidad de tomar algunas decisiones. Cuando faltan quince minutos para el mediodía uno debe enfrentarse a la revisión, rápida y poco reflexiva o sesuda y detenida, de los temas que se había propuesto resolver en horas de la mañana y pasarlos a la tarde, al día siguiente, a la semana siguiente o abandonarlo. Lo que. Es un momento de transición, de medianería, de paso y traspaso. Un pequeño símbolo de tantas cosas. Una pavada.

El tema que quería dejar planteado hoy, y ahora veo la relación con lo que escribía más arriba, es la cuestión del tiempo. Mi analista hablaría de la forma extraña en la que yo "habito el tiempo" (lo de extraño es una calificación propia) en relación a la velocidad con la que siento se consumen las horas del día y la compulsión que me lanza a tratar de aprovecharlas al máximo, disminuir las horas de sueño, los "tiempos muertos", las ineficiencias de todo tipo.

Ahora vuelvo sobre esto y me pregunto qué será un tiempo muerto, donde justamente si haya algo que no se detiene, que nunca muere, es el tiempo. Bien, vamos cayendo en frases comunes como "Hay más tiempo que vida", así que no esperemos mayores cosas de esta sección.

Tanta gente habló del tiempo y, sin embargo, nada saca esta sensación de urgencia que me inunda la gran mayoría del... tiempo (qué más). Hay una angustia básica, una percepción de que la cosa se escapa, que antes de que pueda darme cuenta aparecerá el cartel de "GAME OVER" y no podré reiniciar el juego.

domingo, 24 de octubre de 2010

Serie 1145


Desde hoy y hasta el 31 de diciembre de 2010, a las 11:45 de cada día, habrá una nueva entrada en este blog. ¿Qué formato tendrá? ¿Cuál será el objetivo? ¿Cómo lo escribiré? Todavía no lo sé. Lo único que sé es que me cansé de dar vueltas y no avanzar con esto. Fueron meses sin poner una línea aquí y el lema que me planteo hoy es "Ningún día sin una línea", como reza el viejo lema latino.

Muchas veces pensé en hacer lo de Casciari, pero me falta su chispa o su rebeldía, después pensé en Rozitchner pero sentía que no podía acercarme a su agudeza, después llegó Pron pero me falta tanto para ser como Pron. Sí, ya es claro que me cuesta ser mí, pero nunca termino de caer en cuenta de esto. Hubo una época en la que convoqué a amigos reales e imaginarios a participar con la intención de dar un impulso a esto, pero no salió nada que durara más que los primeros impulsos. Tal vez me centré demasiado en los resultados, tal vez me dejé llevar por la ambición, tal vez tantas cosas.

La cuestión final es que poco me importa ahora todo eso, o el momento de pensarlo llegará en alguna de los próximas 68 entregas. ¡Qué importa!

Creo que lo que más me cansó de todo, a lo que intento decir un basta final en esta entrada es a que me importe un pito la opinión de mis lectores, reales o imaginarios. Así que probablemente esto se vuelva más políticamente incorrecto, más intimista, más críptico, más enojado (si todavía más). Y, a la vez, menos preocupado por las clasificaciones, las etiquetas y los estilos.

Veremos...