miércoles, 27 de agosto de 2008

Receta para espinado

por Mara Gunt

Tome un muchacho de buen corazón -será necesario contar con la colaboración de un proveedor confiable ya que la calidad hoy en día está disfrazada por la apariencia-, sáquele con cuidado cualquier resto de historia vieja, pero sin escarbar tanto como para no dejar heridas abiertas o avivar fuegos latentes, y déjelo macerando en mensajes de texto durante unas semanas.
Por otro lado, prepare a otro muchacho cualquiera (no hay requerimientos especiales para este segundo) y empápelo de miradas insinuantes y sonrisas cómplices. Esta preparación paralela es bastante fácil de realizar con compañeros de trabajo o cuñados inescrupulosos. Mantenga ambos en ambientes separados.
Una vez que la cabeza del primero esté quemada al noventa porciento, cocine en cama a fuego fuerte durante un par de meses, cuidando de introducir todo tipo de variantes creativas. Mantenga la segunda preparación en ambiente separado y vaya aumentando la intensidad con cuidado. Una buena opción es avanzar y retroceder, lo que los hace mantenerse interesados y ansiosos.
Cuando el primer mejunje empiece a balbucear sonidos amorosos profundos, organice una fiesta con el segundo, pídale a una amiga que saque fotos con el celular y se las mande al primero.
Vuelva al departamento del primero, sonría y cómase el corazón destrozado con espinas y todo. ¡Una delicia!

No hay comentarios:

Publicar un comentario