jueves, 2 de diciembre de 2010

El ser


Tampoco estoy de acuerdo con Descartes. Uno no es lo que piensa, ni cuando piensa. Lo que uno es es mucho más complejo e intrincado que eso. Uno es la trama, el aire entre las células del cuerpo, la electricidad que se mueve desde y entre. Es el deseo, la reflexión, la furia, la calma, el hambre y la saciedad momentánea.
Uno piensa desde el cuerpo, desde el deseo, con eso y con los demás. No existe la razón pura. Creo que hay que leer menos Descartes y más a Nietzche, entender que somos voluntad y movimiento, que se piensa caminando, que hay que probar y errar.

Uno no es sólo lo que escribe, es cuando escribe, cómo escribe, dónde, por qué y para quién. Uno es cuando lo leen a uno y cuando lo olvidan. Uno es cuando ama, odia, duerme, sueña, coge, canta, corre, habla. No se puede ser menos o más, ni pensando ni dejando de pensar. Se es y lo grandioso es cuando uno toma conciencia de ese ser, ese destello entre dos nadas, esa palabra entre tanto silencio: una vibración, un espasmo, un orgasmo, la posibilidad de una mínima memoria y un eterno olvido.

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