Tener un libro nuevo para empezar a leer me produce una emoción difícil de explicar. Es como tener en la mano el pasaje a un viaje del que no está seguro el destino; tal vez algún pasajero, algún paisaje comentado por otro, pero todo se plantea como un trayecto con resultado incierto y una ruta inexplorada.
No es lo mismo que me pasa con una entrada para el cine o el teatro, el acceso a un museo o una muestra, todas cosas que disfruto, y mucho.
Empezar un libro es como tener una primera cita con alguien: podés haber hablado por teléfono o intercambiado gestos sociales, pero la posibilidad de intimar o enamorarte, así como la de aburrirte o detestar a alguien mueve fibras mucho más intensas.
Eso me espera ahora con "El error" de César Aira. Después les cuento cómo nos fue.
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