domingo, 12 de diciembre de 2010

Domingo

Llovió parte de la noche y el aire está fresco y limpio, dos cosas muy raras en esta época del año y en esta región del país, respectivamente.

Un domingo para aprovechar de cabo a rabo, aun con los sinsabores de partidas y sensaciones encontradas, de las tanta ambigüedades que llegan siempre a mí, ahora veo, como una manifestación de mi personalidad profunda.

El mundo adquiere sentido, para mí, en los prolegómenos (me encanta esa palabra, llena la boca aunque uno la lea en silencio) y en los recuerdos. En el presente, en la acción, no hay mucho tiempo de pensar y reflexionar, el sentido se da espontáneamente ahí, subrepticiamente (otra palabra que rebota profundo), y uno sólo lo ve cuando tira el hilo por delante o por detrás.

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