martes, 30 de noviembre de 2010

El silencio

-Acá, donde ahora no hay nada -dijo señalando justamente el ángulo de su brazo extendido-, acá estaba ella.

Yo lo miré sin entenderlo entonces, lo miré minimizando todo el tema y él, que sólo tenía ojos para ese hueco, empezó a llorar. Así, abrazando el aire, consciente de lo que había tenido.

Ahora miro el portarretrato del que saqué tu foto y viene a mi memoria el olvido de unos versos que tal vez hayas desechado, unos versos en los que me condenaba al silencio de tu nombre, me ataba este recuerdo como un manto de niebla.

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