martes, 16 de noviembre de 2010

Epaminondas



Me acordé del personaje de este cuento mientras intentaba recordar otro relato de la infancia. Vino a mí la imagen de mi abuela paterna, que era a quien le pedíamos que nos lo contara una y otra vez. El absurdo absoluto de este cuento, del fuera de tiempo del negrito que siempre aprendía tarde las instrucciones o las aprendía tan bien que no podía salirse de las instrucciones, el racismo evidente de fondo que ve en el negro la ignorancia, la pobreza, la idiotez y la furia, me une al lugar de donde todos venimos.

Aquí encontré una versión de la historia. ¿Alguien conoce alguna variación de la misma?

Ayer mi hermana menor se graduó como médica y mi inconsciente me lanzó al pasado, a la infancia. Tal vez como forma de intentar no volver al presente y escapar del paso del tiempo. Estos relatos primigenios forman esos pilares sobre los que se fue construyendo toda la estructura posterior del lenguaje. Fuerte encontrarlos, ¿no?

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