jueves, 27 de enero de 2011

A otra cosa

Se terminó este blog. Basta de esta pavada de andar escribiendo posts y ponerlos en el aire. No soy un blogger, ni un escritor como dios manda, ni nada de eso. No logro la constancia, ni los lectores, ni los premios ni publicaciones. Así que, sin pena ni gloria, a otra cosa marisopa y listo.

Además yo soy un tipo serio, tengo una familia que mantener, dos hijitos preciosos a los que atender y mi mujer ya ha tenido suficiente paciencia para con mis aires de literato. Así que punto final y basta.

Sí, estoy bien, acá trabajando en una empresa respetable, con mi tarjetita de presentación que viene en camino, un mail corporativo y una oficina en Buenos Aires. Visito clientes y los ayudo con sus necesidades. Claro, sí, reparto mi tiempo entre casa y el trabajo… En un departamento por Viamonte, piso 15, con unos murciélagos divinos con quienes convivimos pacíficamente. Sí, extraño bastante, pero es para el bien de todos, las futuras vacaciones, la escuela de los chicos. ¿Ahora? ¡Uf! Un poco cansado con el comienzo y poniéndome en órbita, pero bien, bien, bien… re-bien. Hablamos todos los días, varias veces por día. A veces nos quedamos en silencio.

El blog lo abandoné cuando me fui de vacaciones. No tenía internet y subir artículos por el teléfono me pareció demasiado. Además, estoy así, como que no tengo nada para compartir.

Hoy fui a correr y después comí viendo 6-7-8. Es que no tengo cable. Igual mañana corto porque parece que me están lavando la cabeza. Buena gente, pero para mí hasta acá está bien.

Desde la ventana veo el cartel luminoso que está encima del Itaú de 9 de julio que me da la hora sin piedad varias veces en la noche la miro reflejada en el espejo que está frente a la cama e intenta dar una sensación de amplitud a esta caja de zapatos donde como y duermo; durante el día, también me canta la temperatura. Ahora son las 11:10 PM.

Cuando me propusieron este trabajo yo les avisé que quería escribir, ser escritor, así les dije, pero ahora me da cosa no cumplir con ellos. Vos sabés como soy. ¿Qué? Sí, lo tengo en cuenta. ¡Que sí! Gracias. Tengo el número en el celular y lo voy a llamar, pero ahora no porque no tengo tiempo. Apenas si puedo dormir un poco y leer un rato. Y… me cuesta, doy muchas vueltas, pero ya voy mejorando. Es un proceso, ¿viste?

Eso, te decía que voy a cortar con esto del blog; es una pavada. Sé que a vos te divirtieron algunas entradas, pero bueno. Ahí lo tenés a Casciari y a tanta gente copada que pone cosas más interesantes y mejor contadas. ¡No, no, pará! No es para hacerme la víctima. Lo digo de verdad, para que veas que te podés enganchar con cosas más ricas.

No sé, tal vez más adelante, en unos meses me vuelvan las ganas así de repente y me cope con algo. Sabés que nunca me despido de nada del todo. Me gusta dejar la puerta abierta, no quemo las naves, merodeo. Pero hoy digo hasta acá porque la verdad es que es como una carga ahí, un “debería” que no quiero sentir en la espalda. Sí, me duele a veces, pero con el quiropráctico estoy mejor. ¿Fuiste vos? Andá, andá, pero a ese que te recomendé. Es buenísimo, increíble.

Bueno, nos vemos. Mandá saludos y suerte con lo tuyo.

1 comentario:

  1. No, porfa... ¡no nos abandones!
    Hacé así, sacate la carga de la espalda, y escribí cuando tengas ganas "así de repente". Dale, dejá la puerta abierta.
    Con saber que no vas a imponerte "no escribir", y que cuando tengas ganas lo hagas me conformo.

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