jueves, 3 de abril de 2008

El miedo a vivir

Un artículo publicado en La Nación del domingo 30/03/08, donde se entrevista a Alejandro Rozitchner me pincha una vez más. El tipo es lúcido como pocos, está un poco loco como todos, pero deja ahí, como quien te mira, sonríe y guiña un ojo, palabras que no puedo ignorar.
Cuando le preguntan si criar hijos ateos no es también imponerles su modo de pensar, él comenta que puede suceder que a los padres religiosos le dé "escozor que yo deje a mis hijos a la intemperie, bajo el cielo infinito del universo, sin ningún tipo de constricción religiosa", pero -a la vez- sostiene que "la religión es un marco de comprensión que impide que las personas busquen su propio sentido de la vida".
Y mientras sigo pensando y rumiando palabras que nunca cierran, porque si hay algo que las palabras no son es traba y cerrojo, veo como una cárcel las cosas que fui diciendo y dejando de decir, pensando y dejando de pensar, alcanzando y dejando escapar. Aunque ahora, en el brillo de las persianas que ha movido el viento y se abrieron por un pequeño instante, veo que no han sido tanto las palabras, pensamientos, objetos o personas, sino el aferrarme a las imágenes que de todo esto se proyectaba, lo que me sigue frenando para seguir. Lo que me detiene no es el miedo a perder los objetos, porque las cosas ya no están; lo que asusta es perder el miedo y arriesgarse a la libertad.
La pintura es de Van Gogh "Undergrowth with two figures".

2 comentarios:

  1. Cuantos conceptos sin conceptualizar...
    La libertad... el más abstracto y desconocido de todos, el más buscado y deseado por los hombres, por los ricos, que creen poseerla sin saber que son presos del deseo, por lo pobres, que son esclavos de su condición, por los jóvenes, que ansían sentirla, por los viejos, que se cansaron de perseguirla... y por mí, que a veces no sé quien de todos esos soy, ni siquiera si soy... pero cuánto me gustaría sentirme libre, libre de culpas, libre de faltas, libre de ambiciones, libre de poder, libre de libertad.
    Y las palabras... alguien escribió una vez algo así como que las palabras son el sometimiento de lo innominado, mientras comentaba un artículo sobre sexo y cannabis... no sé si las palabras esclavizan, pero si confunden, abruman, estructuran. Pero también liberan, dignifican... las palabras...

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